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Una noche, mientras babeas la almohada, sientes que algo la hala. Abres despacio los ojos y una silueta está frente a ti. Coges el borde de las cobijas y te tapas la cara. Empiezas a susurrar: Aún debo estar soñando. Del otro lado, una tranquila voz responde: Deja de hablar solo, levántate que tienes muchos por hacer. Mira lo que encontré debajo de la cama. Un sudor frío empieza a bajar por tu frente, imágenes de muerte empiezan a posarse en los párpados cerrados. Tiemblas, todo tu cuerpo se mueve de forma arrítmica. Sientes cómo se levantan las tablas de la cama. ¡Aquí está! Es lo único que oyes. De repente dejas de sentir esa extraña presencia. Descubres tu cara, un golpe en el estómago hace huir al poco aliento que te quedaba, ese que celosamente guardabas por si en últimas tenías que gritar. Enciendes la luz. Te tomas el abdomen y das cuenta de que a su vez abrazas un libro. La mano del pintor es su título.

Son las cinco y treinta de la madrugada, el sueño te ha abandonado. Tomas el libro y lo empiezas a ojear, El soldado pintor es el nombre del primer capítulo. Allí conoces a Cándido López, un diestro pintor que se enlista en las filas del ejército argentino. Hará parte de guerra que disputará su país junto a Brasil y Uruguay contra Paraguay, la Guerra de la Triple Alianza, llevada a cabo en el siglo XIX. López es muy compulsivo con la realización de los bocetos de sus noventa y dos futuras pinturas. Realiza trazos sin descanso hasta que la mano derecha gritó de dolor. El médico Teodosio Luque le diagnosticó una complicación ligada a los tendones llamada el Síndrome del Pintor; es allí donde su historia se entrecruza con María Luque, una joven ilustradora del presente siglo, la cual sufre de la misma dolencia.

 

María luego de salir del consultorio marcha con el ánimo bajo a su casa. Cuando llega la noche Cándido se presenta en su habitación, lleva puesto un ropaje antiguo; María se asusta, pero decide confiar en el desconocido. Él empieza a contarle lo ocurrido, su desgracia y los detalles sobre la obra que no pudo concluir.

 

Por un momento alzas la mirada y con voz suave dejas escapar unas palabras: ¿Tenías que pegarme un susto de muerte? Sonríes y continuas leyendo.

La mano del pintor, editada por la Editorial Sigilo, es la primera novela gráfica de María Luque (ilustradora argentina, estudió en la Universidad Nacional de Rosario  y ha publicado dos libros más: Chámame y Garganta del Diablo). Esta es una novela atravesada por el arte y la guerra, conjuga de forma muy inteligente el pasado y el presente haciendo el traspaso entre las vivencias, las sensaciones y la curiosidad de cada uno de los personajes, varias de las viñetas hacen un guiño a la obra Cándido López expuesta en el Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires, Argentina.

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